Luego de al menos una década en la que el turismo no despuntaba en el país debido al crimen organizado, 2017 está demostrando que es el año en que viajantes nacionales y extranjeros retomaron su confianza y decidieron viajar por México.
Hace unos días apenas terminó la Semana Santa, una época en la que tradicionalmente los mexicanos viajaban mucho, aprovechando sobre todo los destinos de playa para descansar y convivir con sus familias, y que se había ido dejando de lado por los peligros que implicaba utilizar las carreteras.
Este periodo vacacional le dejó una ganancia al país de más 7 mil millones de pesos, los que directamente beneficiaron a los pequeños comerciantes, hoteleros y a los que trabajan en el sector turístico.
Aquí en la zona del Estado de México muchas personas vieron resurgir sus negocios, luego de una larga mala racha por el temor de los turistas a viajar por los diferentes municipios mexiquenses.
Uno de los beneficiados fue mi tío José Fuentes, un adulto mayor de 72 años que trabajó toda su vida para instalar un pequeño restaurante a las afueras de la zona turística de Teotihuacán. En ese lugar hace más de dos décadas que se sirve comida mexicana a turistas nacionales y extranjeros, cuya afluencia solía superar las 200 personas diarias en temporada alta, pero que bajó mucho en los últimos años.
Pese a la crisis, mi tío hizo un esfuerzo para no cerrar su negocio, pues es su única fuente de ingresos. Durante al menos cinco años se mantuvo operando, aún cuando había días en que no aparecía ni un sólo cliente.
Hace unos meses la situación cambió, con la entrada del nuevo secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, se implementaron programas en la zona para atraer visitantes y apoyar el comercio local. Gracias a eso el negocio de mi tío, como el de muchos otros comerciantes de la zona, ha vuelto a ser fuente de ingresos y no de deudas, además de que se puede observar que el Estado de México va otra vez en franco crecimiento.
Israel Samano
Israel Agente Hotelero 